En Carabobo, a pocos minutos de Valencia está la “Quinta Pimentel” propiedad del compadre de Juan Vicente Gómez, Antonio Pimentel. Pimentel era uno de los pocos amigos verdaderos de Gómez, en quien tenía enorme confianza. Era un hacendado originario de Yaracuy, que poco o nada se metió en política aunque Gómez en una oportunidad y por corto tiempo lo designo ministro de guerra. Por esta razón lo llamaron general aunque jamás tomó una espada en sus manos.
La Quinta Pimentel se encuentra en la población de Vigirima, estado Carabobo, enclavada en lo que una vez fue la hacienda del mismo nombre y tiene en sus terrenos una torrefactora de café, que se cultivaba en los terrenos aledaños. Se encuentra rodeada por un bosquecillo que le da sombra y fresco. Es una soberbia construcción, con muros de piedra, de dos pisos de altura y escalera de caracol, con pisos de baldosas importadas en la época de Europa. Gran cantidad de enormes habitaciones con sus lujoso baños con bañeras en la planta alta y en la primera planta las áreas sociales, cocina amplios corredores donde se celebraban suntuosos banquetes y reuniones sociales de los gomecistas.
Pudimos allí conocer también la piscina, que se llenaba con agua proveniente de un manantial en la montaña aledaña. Estuvo toda acabada en fina cerámica alemana y se cuenta que allí se bañaba el dictador. Varias terrazas, cercadas de baranda en mampostería habrían servido para reuniones y bailes. La mansión estuvo semi abandonada por muchos años.
En los años ochenta o noventa fue restaurada cuidadosamente y recobró su esplendor, llegando a ser un polo turístico, pero a principios del actual siglo fue tomada por el gobierno nacional, adscrita al INTI y casi de inmediato abandonada, por lo cual su estado actual es de total y lastimoso deterioro. Los últimos “responsables” llegaron a la barbaridad de arrancar la hermosa baldosa que cubría la piscina, reliquia de cien años, dizque para “restaurarla” y la dejaron en la pura obra limpia. Una capilla para servicios religiosos completa la obra.